martes, 12 de abril de 2016

Comodidad o Verdad


Era él quien sabía la respuesta a una pregunta que me venía haciendo yo misma hace mucho tiempo, pero cuál sería la razón por la que guardó celosamente sus opiniones como si fueran secretos, probablemente pensó que podía leerlo como un libro, por eso prefirió el silencio. En ese caso creo que las mentiras me habrían hecho dudar menos y  su silencio solo consiguió que trate de averiguar sobre la situación, cuándo fue que todo empezó a cambiar y por qué.

Fue un martes el día que fui al bar donde él decía que iba para reunirse con unos amigos, esa noche me había dicho que estaría ahí, pero nadie sabía quién es. Cuando salí del bar me tropecé con una vecina que se preguntaba qué hacía en ese lugar, le mentí diciendo que estaba con mi esposo a lo que hizo un gesto de desagrado porque ella lo había visto llegando a casa, sin darle explicaciones me dirigí rápidamente allá.

Por mi cabeza pasaron muchas cosas que podía relacionarlas con sus acciones y luego un debate entre si debía preguntarle dónde estuvo, pero de cierto modo su respuesta podía cambiar nuestra forma de vivir, así que opté por nuestra comodidad e ignorancia.


Actualmente hubiera preferido que se trate de una simple infidelidad, cómo pude ser tan idiota.


Mérida por la noche



No hay comentarios:

Publicar un comentario